Las bendiciones que que a diario recibimos, casi siempre, las desconocemos; no reconocemos su valor y su origen. Por el contrario, es una costumbre muy arraigada el de pedir. Pedir bendiciones a la divinidad, a intermediarios de la divinidad, a los padres, a las autoridades por obras.
De acuerdo al siguiente texto en las sociedades andinas se agradecía las bendiciones, la fuerza recibida, loa logros alcanzados, de palabra o con el aporte de algo como una piedra, hojas de coca u otros.
Apachiqt'a
Garcilaso De La Vega – El Inca[LT1] .
Comentarios Reales (1539-1616)
El signficado de Apachitas, Apachecta, apachecpa, apáchec
Libro II, Capítulo IV
De muchos dioses que los historiadores españoles impropiamente aplican a los indios
[…] Declarando el nombre Apachitas que los españoles dan a las cumbres de las cuestas muy altas y las hacen dioses de los indios, es de saber que ha de decir Apachecta; es dativo, y el genitivo es Apachecpa, de este participio de presente apáchec, que es el nominativo, y con la sílaba ta se hace dativo: quiere decir al que hace llevar, sin decir quién es ni declarar qué es lo que hace llevar. Pero conforme al frasis de la lengua (9), como atrás hemos dicho, y adelante diremos de la mucha significación que los indios encierran en sola una palabra, quiere decir demos gracias y ofrezcamos algo al que hace llevar estas cargas, dándonos fuerzas y vigor para subir por cuestas tan ásperas como ésta, y nunca lo decían sino cuando estaban ya en lo alto de la cuesta, y por esto dicen los historiadores españoles que llamaban Apachitas a las cumbres de las cuestas, entendiendo que hablaban con ellas, porque allí le oían decir esta palabra Apachecta, y, como no entienden lo que quiere decir, dánselo por nombre a las cuestas. Entendían los indios, con lumbre natural, que se debían dar gracias y hacer alguna ofrenda al Pachacámac, se debían dar gracias y hacer alguna ofrenda al Pachacámac, Dios no conocido que ellos adoraban mentalmente, por haberles ayudado en aquel trabajo. [… ]
No miraban al Sol cuando hacían aquellas ceremonias, porque no era la adoración a él, sino al Pachacámac. Y las ofrendas, más eran señales de sus afectos que no ofrendas; porque bien entendían que cosas tan viles no eran para ofrecer. De todo lo cual soy testigo, que lo vi caminando con ellos muchas veces. Y más digo, que no lo hacían los indios que iban descargados, sino los que llevaban carga. Ahora, en estos tiempos, por la misericordia de Dios en lo alto de aquellas cuestas tienen puestas cruces, que adoran en nacimiento de gracias’ de habérseles comunicado Cristo Nuestro Señor.