Chapara ch’uqi, chapara amka ch’amt’ayiri juyranakampi; zinc, hierro, sutichata ch’amt’ayirinaka.
Yatjapirinakaca yatiyistuwa utjatapata kimsaqalqu kasta ch’uqi suma ch’amant’irinakana.
Ukhamipansa juk’anikiwa manq’awayapxi uka ch’uqinaka.
Ukanakampiwa wawanakaxa suma ch’amanchasipxi.
Ch’uqi tuqita yatitaxa ut’atawa 164 kasta. Uñt’atawwa sapxiwa 1.586 kasta.
Ch’uqitxa khati señorita, sak’ampaya, chilltu, wila surimanampi juk’ampi hierro ch’amt’ayirini. Zinc ch’amt’ayirinsti pepino, yuraj sak’ampaya, kellu zapallo y ajawirimpi.
Yatjawixa PROIMPA Fundación de Promoción e Investigación de Productos Andinos wakiwi, CIP Centro Internacional de la Papa wakiwimpi, lurawayapxi
Kuk’ampi yatxatañatakixa ullaskañakiwa.
Alejandra Pau / La Paz
Publicado en Pagina Siete. Domingo, 17 de diciembre de 2017
FOTOS: Cortesía Jean-Louis Gonterre/CIP
Existen ocho variedades que contienen altas cantidades de dos minerales respecto a las demás. A pesar de sus propiedades, no tienen demanda en las ciudades.
El estudio de variedades nativas se realizó en La Paz, Potosí y Cochabamba.
Una investigación analizó 164 cultivares de papas nativas bolivianas y determinó que ocho de ellas tienen altos contenidos de hierro y zinc, el resultado las convierte en alimentos clave para combatir la desnutrición infantil. A pesar de ello, su presencia en los principales centros de abasto de las ciudades del país es prácticamente inexistente.
Las variedades khati señorita, sak’ampaya, chilltu y wila surimana tienen mayor contenido de hierro.
En los mercados una de las pocas variedades que se pueden conseguir es la sak’ampaya, como papa y en chuño.
Por otro lado, las variedades pepino, yuraj sak’ampaya, kellu zapallo y ajawiri contienen un alto porcentaje de zinc. La producción de la mayoría de las “súper papas” se destina principalmente al autoconsumo o a la venta en ferias comunales.
“A partir de nuestras investigaciones, y otras previas, se determinó que las variedades nativas tienen mayor contenido de hierro y zinc; sin embargo, se ha identificado que estas ocho tienen contenidos más altos que podrían potencialmente ayudar a la lucha contra la desnutrición en Bolivia”, detalla la coordinadora nacional de Centro Internacional de la Papa (CIP), Paola Flores.
La waycha (o huaycha), una de las variedades más comerciales, tiene 6,50 miligramos por kilogramo (mg/Kg) de hierro. La sak’ampaya en cambio tiene 14,50 mg/kg, es decir más del doble.
Un fenómeno similar sucede con el zinc, mientras la waycha tiene 2,50 mg/Kg, la variedad yuraj sak’ampaya tiene 5,20 mg/Kg.
Las investigación tomó dos años y fue realizada en 19 comunidades de Norte Potosí, La Paz y Cochabamba y liderada por la Fundación de Promoción e Investigación de Productos Andinos (PROINPA) en coordinación estrecha con el CIP, según explica Flores.
Pero eso no es todo, el CIP -institución de investigación y desarrollo agrícola, especializado en raíces y tubérculos- cuya base está en Lima, Perú, realizó una investigación con el Instituto de Investigación y Nutrición de ese país.
Los resultados determinaron que la biodisponibilidad que tienen estas variedades de papa es más alta en comparación a otros vegetales. Lo que significa que los micronutrientes que contiene el tubérculo facilitan una mayor absorción del zinc y el hierro.
El estudio de identificación de las variedades nativas con mayor contenido de hierro y zinc inició con el proyecto IssAndes, Innovación para la Seguridad y Soberanía Alimentaria y Los Andes.
A partir de ello PROINPA trabajó con el CIP, Visión Mundial, Altagro y el Programa Mundial de Alimentos junto a socios estratégicos como el Instituto de Investigación y Desarrollo.
El enfoque de la investigación, realizada entre 2012 y 2013, obedeció a que más allá de impulsar una mayor cantidad de producción por hectárea, las toneladas obtenidas tengan una mayor calidad y valor nutricional.
El enfoque nutricional se aboca a que se encuentren nuevas formas de preparación a las que se integren otros alimentos nutritivos. Por ejemplo, si bien el estudio comprende la producción de estas papas nativas en Tiwanaku, demostró que esto no garantiza una buena nutrición de sus habitantes.
En este municipio, el porcentaje de niños con desnutrición crónica está entre el 29% y 32%. “Eso se debe a una mala alimentación y por el mal uso y consumo de los alimentos que producen (…). Por ello, es necesario acompañar el trabajo que se está haciendo con campañas de educación nutricional”, añade la experta.
Variedades y la vulnerabilidad
En 2009, un informe de PROINPA señalaba que Bolivia tiene 1.760 accesiones o tipos de papas.
En 2014, otro informe del Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF) difundió que el país tiene 1.586 tipos de este tubérculo y que están guardados en el Banco de Germoplasma.
Según argumenta Flores, en Bolivia solo se han registrado oficialmente más de una treintena de variedades, lo que facilita la producción de semilla certificada. Sin embargo, para el productor es muy difícil acceder a semilla nativa certificada porque no está disponible y si lo está, son costosas.
“Estamos trabajando con el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras para ver la posibilidad de incluir más variedades nativas en el registro nacional para que los productores tengan acceso a semilla limpia y avancen en la mejora de su producción”, sostiene.
Actualmente, en los mercados de las ciudades se encuentran variedades comerciales “mejoradas” como la holandesa, que comparten la oferta con la imilla, la waycha o la pintaboca.
En cambio, las papas ricas en hierro y zinc se quedan en las comunidades. Al no existir demanda para ellas en los centros urbanos, su producción es vulnerable.
Las variedades nativas se cultivan en parcelas junto a otras tantas del mismo tubérculo, lo que provoca que la semilla se desgaste y tenga poco rendimiento, que no supera las cinco toneladas por hectárea.
En ese contexto, si los productores no pueden obtener semilla en la cosecha de este año, dejan de cultivar el siguiente.
Actualmente, el CIP coordina con instituciones privadas y públicas la mejora de la calidad de estas variedades a partir de prácticas sencillas y económicas para los agricultores.
“A partir de ello, se busca que el proceso se acompañe con un buen manejo del cultivo con prácticas para el control de plagas y de enfermedades; y así poder tener una mayor producción que no solamente sea suficiente para guardar semilla, para la siguiente campaña, y para el autoconsumo de la familia, sino para que se articule a nichos de mercados”, indica la representante del CIP en Bolivia.
Por sus características, estas papas nativas no son competitivas con variedades como la holandesa, que se utiliza para hacer papas fritas; sin embargo, ya existen emprendimientos que elaboran chips. Se espera que otras alternativas sean tomadas en cuenta por más empresas industrializadoras.
Pero un nicho en que las “súper papas” no tendrían competencia es en el área de la salud, como parte del desayuno escolar o en programas como el subsidio materno infantil, integrando presentaciones de papillas, por ejemplo.
Para difundir sus propiedades también se está trabajando con el Movimiento de Integración Gastronómico Boliviano (MIGA) y otros chefs para desarrollar productos que cumplan con el enfoque de nutrición y alimentación saludable.
El secreto del color y la altura
Un detalle interesante es que los nutrientes en variedades nativas de colores intensos: violetas, rojas y naranjas es, por lo general, superior al encontrado en las variedades no nativas.
Por supuesto, esto depende también de la calidad de la tierra. Un estudio paralelo reveló que si se enriquece el terreno con zinc se puede cultivar tubérculos con mayor contenido de este metal, siempre y cuando existan óptimas condiciones medioambientales. Con el hierro, en cambio, no se obtiene el mismo resultado.
“Las características de estas variedades nativas es que se las producen en zonas altas que superan a los 3.800 metros; obviamente, hay algunas que se adaptan a zonas más bajas. Sin embargo, ésta es la ventaja competitiva del altiplano boliviano”, detalla Flores.
Estos estudios son el resultado de investigaciones interinstitucionales que llevan décadas. Con cada resultado este tubérculo, domesticado hace miles de años en los Andes, no deja de sorprender por su capacidad para alimentar a los habitantes del siglo XXI.
Sobre la papa
- Relevancia La papa es el tercer cultivo alimenticio más importante del mundo, después del arroz y el trigo. Es sembrada en cerca de 130 países.
- Variedades En el mundo existen alrededor de 5.000 variedades diferentes, la mayoría tienen su origen en los Andes.
- Cultivo Puede crecer en casi cualquier clima y altitud desde el nivel del mar hasta los 4.700 de altura.
- Nutrición Una papa hervida, de tamaño mediano, proporciona aproximadamente la mitad de los requerimientos diarios de vitamina C de un adulto, y cantidades significativas de vitamina B, hierro, potasio y zinc. Ello le permite contribuir a mejorar la seguridad alimentaria y nutricional de las familias.