Sobre educación interculltural

Cerrón Palomino sobre Educación Intercultural Bilingüe: “¡Es una farsa!”

Rodolfo Cerron PalominoEscribe: J.CARLOS FLORES | Educación – 12 feb 2016

El millonario programa (63 millones de soles en el 2013 ) fue cuestionado con argumentos contundentes por una de las personas que más saben sobre el quechua y el aymara.

Como gran estudioso y abanderado del rescate de la lenguas originarias, Rodolfo Cerrón Palomino, fue contundente al referirse a la Educación Bilingüe Intercultural como “una farsa montada por el gobierno por presión de algunos organismos internacionales”.

“(Los gobiernos) siempre han manipulado estos conceptos y han tratado de vendernos una política cultural bilingüe y, a la larga, lo que hemos visto, simplemente, es un contentamiento con resultados estadísticos, con informes hechos de manera general y un descuido de la realidad de cada ámbito de trabajo”, fueron sus palabras al respecto.

También desbarató la supuesta efectividad de tales programas y, dentros de estos, la utilidad de la obligación a los profesores para dominar el quechua y el castellano.

“Dicen, para ser profesor hay que hablar quechua y castellano (…) ¿Que hablan los niños en los recreos espontáneamente? ¡Pues castellano!. y los hijos de ellos en 40 años no hablarán más… entonces adiós quechua y aymara”.

Además criticó a los impulsores de estos programas: “Es pura figuración eso de que han publicado tantos y cuantos libros o que están divulgando tal o cual lengua; todo es una farsa…”

Lo que dice se sustenta en sus años de investigación del quechua, el aymara y, últimamente el puquina y el uro, más su constante preocupación sobre la vigencia de los idiomas nativos que aún se conservan.

SUS INVESTIGACIONES EN EL ALTIPLANO

Durante su exposición realizada en nuestra ciudad ayer por la mañana en el auditorio de la Sociedad de Beneficencia, el investigador reafirmó su tesis que sostiene que la lengua Puquina es la primera lengua de los incas; el aymara, en segundo lugar; y el quechua, en tercero.

Para esto, mostró numerosos argumentos y pruebas como topónimos (nombres de lugares) y lenguaje administrativo inca que, traducidos del quechua no tienen sentido alguno, pero, traducidos de lo que se sabe del Puquina, adquieren sentido (“Yanahuara” es “pantalón negro” traduciendo del quechua; pero es “río negro” considerando el Puquina, por ejemplo).

El Puquina es un lenguaje extinto a fines del siglo IX, pero se conservaron algunos textos que traducen algunos vocablos; además, estudiando la procedencia de topónimos y palabras que se adaptaron al quechua y aymara, se pudo rescatar mucho de este antiguo idioma, explicó el estudioso.

Un punto importante de su exposición trató sobre el origen del aymara, el cual se sitúa muy cerca del centro del Perú y no en el altiplano como es la creencia general.

En ese sentido, ex, el puquina es el idioma auténticamente altiplánico y fue llevado desde nuestra región por los antepasados de los incas a Cuzco donde lo conservaron como su lengua particular.

También nos recordó, la existencia del uro, idioma extinto hace mucho en el Perú y, cuyos últimos hablantes se encuentran en Bolivia, cerca al desaparecido Poopó. El puquina y el uro tienen 5 vocales a diferencia del quechua o aymara que tienen menos, resaltó.

Respecto al presente de nuestros idiomas, fue realista y categórico: “Asistimos a un proceso de castellanización irreversible, mal que nos pese. El mismo contexto conlleva a ello, no hay ningún apoyo, ni de los medios de comunicación”.